martes, 24 de octubre de 2017

EL CUERPO EN EL RIO

                                Si algún día por mis ideales, por mujer, por no dejar que se violen mis derechos, por no callarme ante una injusticia o por luchar de cualquier forma, ser y pensar lo que quiera, el destino me impidiera volver a casa.
                               Si por alguna razón maliciosa nacida del sistema patriarcal, capitalista y elitista en el cual nos envolvemos se me privara de la posibilidad de abrazar nuevamente a mi vieja, de jugar nuevamente con mi hermana, de comer los fideos con tuco de mi abuela, de ver un partido de racing con mi padre, o de darle un beso a mi pareja.
                               Si por mis ideas se me persigue, si por alzar la voz se me reprime, si por mujer me desvanezco o si en un rio aparecen mis restos.
                               Si por algún motivo no vuelvo a casa, hermano mío, en mi nombre salí a la calle, rompe todo, pinta todas las paredes del congreso, la catedral, el cabildo o la rosada, si total la sangre ya derramada es una falta de respeto aun mayor a nuestra Madre Patria.
                               Han manchado nuestra libertad, lo que llamamos democracia no es más que un cuento para dormir niños, un verso que hipnotizados nos tragamos, y cegados vamos a las urnas, a escupir nuestro voto que al fin y al cabo no vale nada.
                               El malvado ha ganado hace mucho tiempo y aún seguimos creando héroes de cartón, que son funcionales a este sistema pero que por alguna razón creemos que vienen a salvarnos. Pero ¿De qué? Si nosotros mismos estamos cavando la fosa en la cual nos enterramos, forjamos la espada que año tras año, elección tras elección, nosotros mismos nos clavamos en el pecho, pensando que es una mano ajena la que nos hiere. Que ilusos somos.
                               Todos nosotros matamos a Santiago Maldonado, le disparamos a Mariano Ferreyra, torturamos a Luciano Arruga, desaparecimos a María Cash y tiramos a Ángeles Rawson cual basura a un conteiner. Tu voto no cale nada mientras siga muriendo gente a manos del estado o a consecuencia de su extrema ignorancia.
                               K. M. Ponele la letra que quieras, el nombre que más te guste, echale la culpa Néstor, a Evita, a Menem o a Videla, pero todos y cada uno de ellos tienen sus propios muertos, algunos más otros menos, algunos tienen muertos mediáticos, otros muertos anónimos.
                               Hoy en Argentina  cada 22 horas muere un chico a manos de las fuerzas de seguridad, cada 8 horas un hombre viola a una mujer, se detienen ilegalmente a más de 10 personas por hora, cada día muere una mujer victima de femicidio, cada hora muere de hambre un niño, cada día miles de personas mueren por no acceder a un tratamiento médico, son 100.000 las mujeres victima de trata de personas en América Latina. ¿Cuántos números más son necesarios agregar para entender la problemática?
                               No son los gobiernos, no es algo que pasa, es todo un sistema al que somos funcionales y vos seguís pensando que te va a salvar esa cara en la boleta, ese voto en la urna, cuando la salvación esta en abrir los ojos y entender la mentira en la que nos hemos sumergido.
                               ¿Democracia? Mentira. Sometimiento.
                               Nuestra libertad está atrapada, ha sido encerrada, sometida. Ya es hora de salir a la calle, de elevar los puños y luchar contra cualquier acto de injusticia, sin importar los colores, las banderas políticas, la cara en la pancarta.
                               No importa quién gobierne, no dejemos que nos mientan, luchemos por los que no están, por los que ya lucharon, por vos y por mí. Porque cualquiera de nosotros mañana puede ser ese número, la cifra maligna, la noticia trágica, la injusticia. El cuerpo en el rio. 


Hasta que Mueran las Palabras. 

La Invisible

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