Si
algún día por mis ideales, por mujer, por no dejar que se violen mis derechos,
por no callarme ante una injusticia o por luchar de cualquier forma, ser y
pensar lo que quiera, el destino me impidiera volver a casa.
Si
por alguna razón maliciosa nacida del sistema patriarcal, capitalista y
elitista en el cual nos envolvemos se me privara de la posibilidad de abrazar
nuevamente a mi vieja, de jugar nuevamente con mi hermana, de comer los fideos
con tuco de mi abuela, de ver un partido de racing con mi padre, o de darle un
beso a mi pareja.
Si
por mis ideas se me persigue, si por alzar la voz se me reprime, si por mujer me desvanezco o si en un rio aparecen mis restos.
Si por algún
motivo no vuelvo a casa, hermano mío, en mi nombre salí a la calle, rompe todo,
pinta todas las paredes del congreso, la catedral, el cabildo o la rosada, si
total la sangre ya derramada es una falta de respeto aun mayor a nuestra Madre
Patria.
Han
manchado nuestra libertad, lo que llamamos democracia no es más que un cuento
para dormir niños, un verso que hipnotizados nos tragamos, y cegados vamos a
las urnas, a escupir nuestro voto que al fin y al cabo no vale nada.
El
malvado ha ganado hace mucho tiempo y aún seguimos creando héroes de cartón,
que son funcionales a este sistema pero que por alguna razón creemos que vienen
a salvarnos. Pero ¿De qué? Si nosotros mismos estamos cavando la fosa en la
cual nos enterramos, forjamos la espada que año tras año, elección tras
elección, nosotros mismos nos clavamos en el pecho, pensando que es una mano
ajena la que nos hiere. Que ilusos somos.
Todos
nosotros matamos a Santiago Maldonado, le disparamos a Mariano Ferreyra,
torturamos a Luciano Arruga, desaparecimos a María Cash y tiramos a Ángeles
Rawson cual basura a un conteiner. Tu voto no cale nada mientras siga muriendo
gente a manos del estado o a consecuencia de su extrema ignorancia.
K.
M. Ponele la letra que quieras, el nombre que más te guste, echale la culpa
Néstor, a Evita, a Menem o a Videla, pero todos y cada uno de ellos tienen sus
propios muertos, algunos más otros menos, algunos tienen muertos mediáticos,
otros muertos anónimos.
Hoy
en Argentina cada 22 horas muere un
chico a manos de las fuerzas de seguridad, cada 8 horas un hombre viola a una
mujer, se detienen ilegalmente a más de 10 personas por hora, cada día muere
una mujer victima de femicidio, cada hora muere de hambre un niño, cada día
miles de personas mueren por no acceder a un tratamiento médico, son 100.000 las
mujeres victima de trata de personas en América Latina. ¿Cuántos números más
son necesarios agregar para entender la problemática?
No
son los gobiernos, no es algo que pasa, es todo un sistema al que somos
funcionales y vos seguís pensando que te va a salvar esa cara en la boleta, ese
voto en la urna, cuando la salvación esta en abrir los ojos y entender la
mentira en la que nos hemos sumergido.
¿Democracia? Mentira. Sometimiento.
Nuestra
libertad está atrapada, ha sido encerrada, sometida. Ya es hora de salir a la
calle, de elevar los puños y luchar contra cualquier acto de injusticia, sin
importar los colores, las banderas políticas, la cara en la pancarta.
No
importa quién gobierne, no dejemos que nos mientan, luchemos por los que no
están, por los que ya lucharon, por vos y por mí. Porque cualquiera de nosotros
mañana puede ser ese número, la cifra maligna, la noticia trágica, la
injusticia. El cuerpo en el rio.
Hasta que Mueran las Palabras.
La Invisible
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