miércoles, 7 de marzo de 2018

Yo Paro


Yo paro, por cada vez que me designaron el color rosa.
Yo paro, por cada cocinita y escobita que me regalaron de pequeña.
Yo paro, por ese compañero de jardín que amaba pintarse los labios y usar carteras del cual tanto se burlaron.
Yo paro, por aquella compañera de primaria que amaba el futbol y jugar con varones a la cual compañeras le cortaron el pelo al grito de “Marimacho”.
Yo paro, por cada hombre que debió ocultar sus lágrimas para evitar ser llamado “Maricón”.
Yo paro, por cada vez que las madres de mis compañeras de curso insultaron a mi madre por ser independiente, no estar casada y haber sido madre soltera.
Yo paro, por las publicidades de productos de limpieza y alimentos que enferman las mentes haciéndonos creer que nuestro lugar está en la cocina.
Yo paro, por cada vez que a mi padre lo llaman “Pollerudo”.
Yo paro, por la brecha salarial.
Yo paro, por cada vez que un hombre intentó explicarme algo solo por considerar que con mi condición de mujer era inferior intelectualmente
Yo paro, por cada vez que un docente de la UBA le descuenta un punto a una compañera por llevar nombre de mujer.
Yo paro, por cada videíto y foto de mujeres desnudas y humilladas que andan dando vueltas por la red.
Yo paro, por esa vez que a los 10 años un anciano sugirió desde un auto quitarme la ropa.
Yo paro, por cada vez que intentaron apoyarme en el trasporte público.
Yo paro, por cada vez que me calle un NO cuando mi ex me obligó a tener relaciones sexuales no consentidas.
Yo paro, por cada golpe emitido de un violento a una mujer.
Yo paro, por cada violación que ocurre en el día.
Yo paro, por cada mujer que muere en abortos clandestinos.
Yo paro, por cada mujer que, como yo, se quedó callada cuando la violentaron.
Yo paro, por cada muerta víctima de violencia.
Yo paro, por las victimas de trata.
Yo paro, por cada denuncia ignorada.
Yo paro, por aquel secretario de un juzgado de familia en Avellaneda que al ver a una mujer llorando desconsolada, golpeada, asustada y con sus dos hijas le dijo que ayuda económica no brindaba cuando lo único que buscaba era información para denunciar a su ex marido.
Yo paro, por mi hermanita, para dejarle un mundo más justo e igualitario.
Yo paro, por mis primas, mis cuñadas, mis tías y mis amigas.
Yo paro, por cada padre y madre que hoy no puede abrazar a sus hijas.
Yo paro, por un mundo con menos machos y más hombres.
Yo paro, por más sororidad y menos competencia.
Yo paro, para que todos y todas me acompañen a marchar y luchar por un mundo más igualitario.
Este 8 de Marzo, me sobran razones para luchar.
Hasta que mueran las Palabras. 

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